El reparto de la sangre se realiza en función de las necesidades de cada centro hospitalario. Todos los días, estos centros remiten la cantidad de sangre que necesitan en función de, por ejemplo, las intervenciones quirúrgicas programadas y de las urgencias. El transporte se realiza mediante neveras portátiles, para que la sangre llegue en perfecto estado a los bancos de sangre de cada hospital, y se pueda utilizar en las mejores condiciones para el paciente.