Los hematíes son almacenados para su conservación en frigoríficos a una temperatura de 4ºC durante un máximo de 42 días. Pasado este tiempo la calidad empeora y se desechan.
El plasma para su almacenamiento debe congelarse durante una hora a -86ºC. El plasma puede ser de uso clínico o almacenado a -30ºC para la elaboración de productos de farmacia.
Las plaquetas se almacenan hasta su utilización a 22 ºC en bandejas que están en continuo movimiento hasta un tiempo máximo de 5 días.